Los celos son la emoción que surge ante el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido. Es el sentimiento producido por el temor de que la persona amada prefiera a otra. En muchas ocasiones ese sentimiento puede ir acompañado de envidia- resentimiento hacia quien se percibe como rival.
Con la
llegada de un hermanito puede surgir en
algunos niños un miedo a perder el cariño, atención y privilegios hasta ahora
exclusivos que le dan los padres, produciéndole ciertas inseguridades al
percibirlo como una amenaza. Y es que
hasta ese momento el niño es el centro alrededor del cual gira todo.
El niño va
a manifestar los celos de distintas maneras:
- a través de sentimientos de dolor, rabia,
tristeza, humillación, desesperanza…
- con pensamientos, preocupaciones e imágenes relacionados
con la pérdida del amor y las atenciones de sus padres.
- a través
de comportamientos de búsqueda de atención mediante el llanto, rabietas,
agresividad manifiesta hacia el bebe (quita los juguetes, tapa la nariz, le
pega…).
- mostrando desobediencia o excesiva obediencia
y colaboración con los progenitores.
- con la aparición de conductas regresivas, es
decir conductas ya superadas en etapas anteriores, como orinarse si ya habían conseguido controlarlo,
alteraciones en el lenguaje imitando el lenguaje del pequeño, repetición de
palabras y frases, tartamudeo…
- el sueño
se puede volver irregular, puede pedir ir a la cama de los padres, o solicitar
compañía en la suya, llamar frecuentemente a un adulto…
- se pueden
producir cambios en los hábitos alimenticios, comiendo menos o negándose a comer alimentos que antes pedía.
- En casos
extremos pueden aparecer vómitos, anorexia, mareos, terrores nocturnos,
insomnio, etc. En ocasiones pueden adoptar conductas desafiantes hacia los
padres/madres, familiares y profesores, menospreciar a los compañeros, aislarse socialmente o mostrar pruebas de
afecto exageradas.
Por otro
lado, las conductas hacia el nuevo hermano pueden resultar ambivalentes
(aceptación-rechazo, cariño-agresiones…). Este carácter ambivalente refleja los
celos, por un lado, y la vinculación afectiva con el hermano por otro.
FACTORES
QUE FAVORECEN LA APARICIÓN Y MANTENIMIENTO DE LOS CELOS
A pesar de
que es el nacimiento de un hermano lo que principalmente provoca la aparición
de los celos en el niño, existen una serie de factores que van a influir
determinantemente en su aparición y mantenimiento:
-
el comportamiento que a partir del nacimiento del
bebe comiencen a manifestar los padres, traducido en mayor atención al pequeño
y cambio de actitud hacia el hijo mayor exigiéndole más, prestándole menos
atención, castigándole más…
-
la calidad de la relación que antes del nacimiento
del hermano pequeño los padres tuviesen
con el mayor, incrementándose la probabilidad de aparición de celos si ésta se
basaba en prohibiciones y limitaciones excesivas.
-
la edad del hijo mayor, siendo éste más vulnerable a los celos cuando el nacimiento del
nuevo hermano se produce antes de los 5
años.
-
la diferencia de edad entre los hermanos, siendo más
difícil la aparición de los celos cuando
la diferencia de edad es superior a tres años.
-
La excesiva comparación entre los hermanos, sobre
todo si el hermano mayor sale perjudicado en las comparaciones.
-
en padres
separados, la preferencia del padre/madre ausente por algún hijo acentúa los
celos.
-
Y por supuesto, el temperamento del niño.
Otro momento clave en la evolución de los celos es cuando el hermano pequeño comienza a hablar, ya
que vuelve a captar una mayor atención de los padres y el entorno, y comienza a
intervenir en las actividades interrumpiéndolas o no respetando las reglas del
juego. En este momento se produce una agudización de los mismos por lo que hay
que ser especialmente cuidadosos.
QUE PUEDEN
HACER LOS PADRES
El proceso
de adaptación a la nueva situación es mas sencillo si el niño tiene una
relación firme con ambos progenitores antes de que llegue el bebe y continua
manteniendo lazos estrechos después.
Algunas
orientaciones que pueden servir a los padres para reducir las conductas de
celos son:
- Darle la oportunidad de expresar su
malestar. Es importante que entendamos que lo que hacen es fruto del miedo a
perder el cariño y atenciones de sus seres queridos.
- Seguir proporcionando amor y atención al
hijo mayor, e intentar mantener un cierto equilibrio en las atenciones, no
prestando tanta atención al bebe que privemos al hijo mayor de la misma.
- Transmitirle
a través de gestos, palabras, comportamientos que se le quiere.
- Mantener las rutinas normales en la medida
de lo posible.
- Es importante que les hagamos entender que el bebe tiene emociones, sentimientos y
necesidades y que él puede hacer mucho en su cuidado.
- Implicarle en las tareas de cuidado del
bebe.
- No exigirle demasiado, ni ser tan
indulgentes con él que se convierta en un niño consentido.
- Atender
con interés sus éxitos y alabarle cuando veamos la ocasión.
- Recordarle las ventajas y privilegios que tiene ser mayor
(acostarse más tarde, hacer ciertas actividades, comer ciertas comidas…).
- No hacer comparaciones entre hermanos.
- No manifestar preferencias por alguno o
intervenir prematuramente en las peleas.
- No ponerse rígido o intolerante con las conductas
regresivas.
- No regañarle o enfadarse con frecuencia.
- No hacer elogios muy efusivos cuando se
muestre cariñoso con el hermano.
A pesar de
que como hemos visto, la aparición de celos infantiles tras el nacimiento de un
hermano es habitual y se considera normal,
evolucionando favorablemente, hay determinados casos en los que los celos son
exagerados, se prolongan en el tiempo y producen
un gran malestar en el niño interfiriendo en sus actividades y relaciones interpersonales. En estos casos va a ser necesario
la intervención de un profesional que ponga en marcha un tratamiento más especializado.