23 de mayo de 2012

LA ÉPOCA ESTIVAL Y LA INSATISFACCIÓN CORPORAL

Ha llegado el calor. En unos días el final de la primavera dará lugar a la entrada del verano. Si en un post anterior os contaba que la primavera era la estación del año que más me gustaba, puede que el verano le siga en orden. Aunque reconozco que los 35-40 grados de temperatura que caracterizan a esta estación del año en Extremadura pueden resultar realmente agotadores, hay algo muy característico de esta estación y que hace que me guste tanto, la playa, lugar ideal  para recargar pilas y desconectar del día a día.

Pero hoy no voy a hablar del verano en concreto, sino de un fenómeno ineludiblemente unido a él, la preocupación por la apariencia física. Para ser más exacta, el aumento de la preocupación por la apariencia física. Los gimnasios se llenan de clientes ansiosos por perder en dos meses los kilos “que sobran”, por tonificar el cuerpo, por coger color…, y todo para que cuando destapemos nuestro cuerpo éste aparezca perfecto a los demás. Esto, que en principio no tiene porqué ser un problema, puede llegar a serlo cuando la insatisfacción con una parte de nuestro cuerpo o con nuestro cuerpo en general conduce a estados emocionales desagradables que terminan teniendo repercusiones en nuestro comportamiento, y consecuentemente en nuestra salud.

Son muchas las personas que no se encuentran satisfechas con su imagen corporal. Las consultas de psicólog@s y otros profesionales de la salud están llenas de adolescentes, en su mayoría niñas, que desean perder peso de una manera drástica, y que han visto disminuida su autoestima como consecuencia de lo poco que les gusta su cuerpo. Los estudios confirman que la valoración que hacemos de nosotr@s mism@s(autoestima) se ve influida al menos en un tercio por lo mucho o poco que nos agrada nuestro cuerpo. Si a uno no le gusta su cuerpo es difícil que le guste la persona que vive en él. Por eso es tan importante aprender a aceptar nuestro cuerpo, lo que no está reñido con intentar mejorarlo con deporte y otros medios, siempre que esto no se convierta en una obsesión y centro de nuestras preocupaciones.

¿CUÁNDO SURGE EL PROBLEMA?

Siempre he defendido la importancia de cuidarse, por dentro y por fuera. Creo que en todos los aspectos de nuestra vida el deseo de mejorar es positivo, y en este ámbito también, siempre que contribuya a incrementar la satisfacción con uno mismo. El problema surge cuando la persona condiciona su felicidad a la necesidad de tener un cuerpo perfecto, y tiene de referencia un ideal de cuerpo al que muy pocas personas pueden acceder. Esto lógicamente producirá frustración, insatisfacción con uno mismo, baja autoestima, dificultades en las interacciones sociales (si uno no es capaz de aceptarse creerá que los demás tampoco podrán hacerlo, y se sentirá incomoda e inadecuada en sus intercacciones sociales), bajo rendimiento académico, problemas en las relaciones sexuales, pudiendo derivar en Trastornos de la alimentación y depresión.

¿POR QUÉ DAMOS TANTA IMPORTANCIA A LA APARIENCIA FÍSICA?

La cultura nos impone unas normas sobre qué es atractivo y qué no. Nos dice que la mujer atractiva y bella es aquella que no tiene grasa, es esbelta y estilizada. Por otro lado, el hombre debe ser musculoso, ancho de espaldas, alto… La sociedad ha ido proponiendo unos ideales de belleza o de atractivo físico que han ido variando según las época, y los hombres, y sobre todo las mujeres, hemos intentado ajustarnos a estas normas de belleza, sin tener en cuenta que estas normas son relativas y cambiantes, y por tanto no tienen que implicar belleza en sí mismas.

Además, los medios de comunicación transmiten constantemente mensajes que promueven la pérdida de peso: anuncios en revistas de productos lights, artículos sobre dietas, fotografías de modelos, actrices u otros personajes populares muy delgadas, en los que siempre se asocia la delgadez con salud, éxito, popularidad, etc. En definitiva la actual sociedad nos educa para que nos preocupemos por nuestra apariencia externa y nos valoremos principalmente por ella, excluyendo otras características más importantes en la definición del valor como persona.

También la familia tiene su parte de responsabilidad. Desde muy pequeños nos enseña a través de mensajes directos (“arréglate”, “tengo que ponerme a dieta, estoy muy gorda”, …) o indirectos (“fulanita tiene una hija que es monísima, tiene un tipazo”) qué es lo bello y como lo bello es positivo y se vincula al éxito, a gustar a los demás.

Todo esto, junto con determinados rasgos de personalidad, hace que para algunas mujeres la pérdida de peso y el control sobre la alimentación se convierta en una manera de ganar autocontrol, poder y confianza que se generaliza a otros dominios. Convirtiéndose así, en un método para mejorar la autoestima, sustituyendo a otros métodos de mejora de la autoestima más sanos.

QUÉ CONDUCTAS DEBEMOS EVITAR:

-Evaluar nuestra apariencia a partir de un estándar irreal (mujer alta delgada, escultural), de manera que cuando percibimos desajustes entre nuestra apariencia y el ideal, vienen los sentimientos negativos.

-          - Comparar nuestra apariencia con la gente atractiva que nos rodea o considerada más atractiva que nosotros.

-          - Centrar nuestra atención única y exclusivamente en aquel aspecto de nuestra apariencia que no nos gusta, obviando cualidades positivas.

-          - Atribuir decepciones, rechazos, fracasos u otros aspectos negativos a un aspecto de la apariencia con el que se está insatisfecho.

-         - Pensar que porque yo me vea poco atractiva los demás me verán así.

-          - Limitar nuestro comportamiento por nuestra apariencia. (No puedo ir al gimnasio hasta que pierda unos kilos).

-          - Hacer dietas. En lugar de ello intenta adquirir unos hábitos alimentarios sanos y equilibrados.


¿QUÉ PODEMOS HACER PARA MEJORAR NUESTRA IMAGEN CORPORAL?


La imagen corporal incluye tanto la percepción que tenemos de nuestro cuerpo, como las actitudes, sentimientos, pensamientos y valoraciones que hacemos del mismo, y el modo de comportarnos derivado de todo esto. No es lo mismo imagen corporal (como yo me veo) que apariencia corporal(más objetiva). Puedo cambiar mi imagen corporal sin cambiar mi apariencia física.

-          Piensa que es más importante cómo vemos nuestro cuerpo desde dentro que lo que se ve desde fuera. Esto se traduce en que es más importante cómo yo me vea que como realmente sea.

-          Elimina cualquier pensamiento del tipo “si no soy la mejor, la más guapa y delgada, soy la peor”. Piensa que las cosas no son blancas o negras, y que el hecho de tener un poco de tripa no te hace una persona poco atractiva.

-          No te compares con el estándar irreal de mujer delgada, esbelta. Muy pocas personas pueden igualarlo.

-          Piensa que si la belleza lo fuese todo, sólo las personas atractivas tendrían citas, se casarían, trabajarían…

-          La belleza es relativa, y viene impuesta por las modas. NO seas esclava de las modas.

-          Evita compararte con otras personas y  si lo haces se justa y no te centres únicamente en lo que no te gusta de ti, compárate también en aspectos positivos que posees en mayor medida que la otra persona.

-          A veces nos centramos en aspectos de nuestra apariencia que no nos gustan y exageramos su importancia e ignoramos o minimizamos aspectos favorables de nuestra apariencia. Deja de hacerlo.

-          Recuerda que tu opinión es eso, una opinión, y por lo tanto no tiene que ser la realidad. Que tú te consideres poco atractivo no conlleva que los demás te vean asi.

-          Se consciente de cómo afecta la opinión que tengas de tu apariencia física en tus relaciones con los demás. Puedes inhibir tu simpatía por temor a que los demás no les guste tu apariencia.

-          No a todo el mundo tiene que gustarle tu apariencia, como no a todos les gusta tu coche o tu casa.

-          Haz algo de deporte, de manera moderada. Algunas investigaciones sugieren que el deporte ayuda a mitigar la ansiedad producida por la preocupación acerca de la imagen corporal.


Sea como sea nuestro cuerpo, talla o peso, es muy importante que los aceptemos, nos pertenecen, son una parte de nosotr@s. Sólo así contribuiremos un poquito más a lograr nuestro bienestar y felicidad.

8 de mayo de 2012

¿TIENE DERECHO A CRITICAR QUIEN NO ESTÁ DISPUESTO A ELOGIAR?


Haz un poco de memoria y piensa en las veces que has elogiado a alguien  en la última semana. Ahora intenta recordar en cuántas ocasiones has hecho una crítica a alguien. Si las críticas superan los elogios te invito a que leas este artículo.

Much@s de nosotr@s tenemos la insana costumbre de no prestar atención  a las conductas, actitudes y aspectos positivos de las personas que tenemos a nuestro alrededor. Pero por el contrario, tomamos muy en consideración cuando no actúan de la manera que deseamos o esperamos,  prestando hacia ello una especial atención y criticando rápidamente su conducta.

¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO ELOGIAR?

¿Por qué ocurre esto?¿ Por qué solemos resaltar lo negativo de las personas y las situaciones, y pasamos por alto lo positivo?¿Por qué comentamos que a la comida le falta sal, pero en cambio no informamos de lo buena que ha quedado hoy? Desde mi punto de vista dos creencias están en la base de la dificultad que experimentan algunas personas a la hora de elogiar. Una de ellas puede hacer referencia a  pensamientos del tipo “si voy por ahí haciendo cumplidos a la gente y diciendo cuánto los aprecio pensarán que quiero algo de ellos”. Y la otra, íntimamente ligada a la anterior tiene que ver con “van a pensar que soy un/a fals@”.

¿POR QUÉ  ES IMPORTANTE HACER CUMPLIDOS?

Los cumplidos son expresiones que resaltan características positivas de una persona, que hacen más agradables las interacciones sociales. Existen muchas razones por las que es importante hacer cumplidos y expresar aprecio cuando está justificado:

- Hacer cumplidos ayuda a fortalecer y profundizar las relaciones entre dos personas.

- Los demás disfrutan al oír expresiones positivas y sinceras sobre ellos o sobre cómo nos sentimos con respecto a ellos.

- Cuando elogiamos a alguien favorecemos que se sientan apreciadas.

- En los casos en los que hay que expresar sentimientos negativos o plantear una queja ante alguien, es menos probable que se produzca un enfrentamiento emocional si dichas conductas ocurren en una relación en la que previamente se ha hecho algún cumplido sobre otros aspectos de la conducta del individuo.

- Cuando hacemos cumplidos a los demás es más probable que recibamos más cumplidos de las personas.

- Los cumplidos incrementan la probabilidad de ocurrencia de la conducta que ha sido elogiada, y que por tanto nos agrada. Ignorar la conducta que nos agrada y castigar la que no nos gusta es una manera poco eficaz para ayudar a los demás a que aprendan  cómo queremos que nos traten.


¿CUÁL ES LA MEJOR MANERA DE HACER CUMPLIDOS?

-          Los cumplidos pueden hacerse sobre la conducta, la apariencia y/o las posesiones de la otra persona.

-          Debemos ser específicos diciendo exactamente lo que nos gusta de la otra persona. (Ej: Me gusta estar contigo porque me haces reir).

-          Es aconsejable decir el nombre de la otra persona al hacer el cumplido. (Ej. Luis me ha gustado mucho cómo has dado la charla).

-          Es preferible expresarlos en términos de nuestros sentimientos, en vez de en términos absolutos o de hechos. (Es mejor decir “Me gusta tu abrigo nuevo” que “Es un abrigo muy bonito”).

-          A algunas personas les es difícil aceptar los cumplidos por vergüenza, por no saber qué decir…Para que los cumplidos sean más fáciles de hacer y aceptar, podemos seguirlos de una pregunta (Ej. “Me gustó mucho la charla que diste ¿tienes pensado hacer alguna otra más”). De esta manera la persona que recibe el cumplido en vez de buscar una respuesta adecuada al cumplido, puede simplemente agradecerlo y responder a la pregunta.

-          Si normalmente no hacemos cumplidos, es mejor empezar haciendo algún cumplido de vez en cuando e ir aumentando progresivamente su frecuencia.

-          Los cumplidos deben ser sinceros, por ello es mejor hacerlos cuando no queremos nada de la otra persona.

Y si lo que has leído no ha terminado de convencerte del todo de la importancia y utilidad de los elogios, piensa en lo que sentiste cuando alguien te dijo lo guap@ que estabas, lo bien que habías hecho algo, lo bonita que era tu casa, lo mucho que disfrutaba con tu compañía…