21 de diciembre de 2011

LA RUPTURA DE PAREJA Y LOS HIJOS

A pesar de que hace años la familia era una institución sólida y permanente, en la actualidad las cosas han cambiado, y mucho. De esta manera el fenómeno de la separación y/o divorcio es una realidad que afecta a muchas parejas.

Todos sabemos, porque así lo hemos experimentado, que la familia constituye el contexto más importante en el que niños y niñas se desarrollan, ya que entre otras cosas contribuye a proporcionarles la estabilidad necesaria para un correcto desarrollo. De manera que cuando eso que hasta el momento estaba proporcionando estabilidad y seguridad se desmorona, corremos el riesgo de afectar la estabilidad emocional de los pequeños. La experiencia de la separación/divorcio es un acontecimiento estresante para padres, y en mayor medida para los hij@s.

Mi intención con este artículo es proprocionar algunas pautas que hagan ese proceso menos traumático, de manera que se favorezca la adaptación de los pequeños a la nueva situación familiar.


CÓMO EXPLICAR A LOS HIJOS LA DECISIÓN DE SEPARARSE

Informar a los hijos de que sus padres ya no van a estar juntos, no es una tarea fácil, que puede despertar ciertas dudas en relación a cuál será la mejor forma de hacerlo. Algunas pautas son:


1. Elegir un momento en el que todos los miembros de la familia estén presentes, es decir los dos progenitores y todos los hijos del matrimonio.

2. No mentir acerca de la realidad de la separación (por ejemplo diciéndoles "papá está de viaje").Los niños se dan cuenta de que algo va mal y la falta de seguridad les crea confusión y desajuste emocional. 

3. Dar explicaciones generales, sin entrar en detalles sobre el porqué de la ruptura. 

4.  Presentar la ruptura como una decisión conjunta. Es importante dejarles claro que es una decisión de los padres y que ellos no pueden hacer nada para cambiar la situación. 

5. Hacer mucho hincapié en que ellos no tienen la culpa de lo que está pasando (a veces piensan que ellos son los responsables).


6. Dar información de cuál va a ser su situación ahora: con quién van a vivir, cómo van a cambiar sus rutinas diarias..., para que puedan ir preparándose psicológicamente para los cambios futuros. 

7. No dramatizar o mostrar comportamientos victimistas, ya que esto genera más ansiedad y desadaptación en los niños. Dejar claro que no existe un padre bueno y otro malo y no inducir al niño a que elija entre uno u otro. 

8.  Aclararles que lo que deja de existir es el vinculo de pareja, pero que jamás desaparecerá el vínculo madre-hijo, padre-hijo. 

9. Favorecer que los hijos expresen sus sentimientos y pensamientos en relación a la nueva situación, o respetar, si es el caso, que de momento no quieran hablar de ello. 

10. Dar la información de la ruptura al menos 2 semanas antes de que uno de los padres abandone el hogar, para que puedan ir asimilando la nueva situación. 

11. Estar atentos a las reacciones de los niños tras comunicar la noticia. Las reacciones más habituales son tristeza por la pérdida, miedo al abandono, a que dejen de querelo, hiperresponsabilidad (asumiendo responsabilidades que no le corresponden), enfado, soledad, y regresión (con pensamientos y conductas propias de etapas evolutivas anteriores). Es bueno preguntarles "qué piensan", "qué les preocupa"...

ACTITUDES DE LOS PADRES QUE PONEN EN RIESGO LA SALUD EMOCIONAL DE LOS NIÑOS:

  • Ausencia física y emocional de la figura parental que normalmente no convive con los hijos.
  • Conflictos entre los padres antes y durante la separación.  
  • Conlictos entre los padres después de la separación, que tienen que ver con actitudes de oposición y falta de cooperación en relación a la custodia, impedir el contacto con el progenitor no custodiado, críticas hacia el otro ex cónyuge, discrepancias en la educación, uso de hijos como forma de comunicación entre los padres, uso de estos para hacer daño al otro ex cónyuge,...
  • Pérdida de contacto con familiares, amigos y profesores.
  • Actitud victimista: mostrando apego excesivo con el niño como forma de resolver la soledad que siente, tratar al niño como un adulto, despedirse del niño con tristeza cuando tiene que irse con el otro padre, hacer sentir culpable al niño por querer estar con su padre o madre, compartir detalles de la vida íntima del otro progenitor con el fin de dañar su imagen...Todas éstas son cosas que a veces sin ser conscientes del daño, llevamos a cabo y debemos evitar.

ACTITUDES DE LOS PADRES QUE FAVORECEN LA ADAPTACIÓN DE LOS HIJOS A LA NUEVA SITUACIÓN:

  • Favorecer que el niño mantenga relaciones continuadas con los dos padres.
  • Minimizar los cambios, respetando la continuidad en la vida del niño.
  • Transmitirle la importancia del otro progenitor.
  • Cooperar en la educación. Que ambos progenitores establezcan y respeten las tareas, rutinas y normas de educación establecidas.

Es importante que los padres hagamos un esfuerzo para reducir el impacto psicológico que una separación de pareja tiene en nuestros hijos, sin olvidar dos cosas: primero, que en  todo lo que hagamos antes, durante y después de la separación debe primar el bienestar de los menores; y segundo, que la situación más adecuada es la que contempla que los dos progenitores estén tan involucrados como sea posible en la vida cotidiana del menor. 

19 de diciembre de 2011

UN CONCEPTO DIFERENTE DE FELICIDAD...

Si miramos atrás y comparamos cómo vivían nuestros antepasados con como lo hacemos nosotros en la actualidad, comprobaremos que hoy en día disfrutamos de mejores condiciones de vida que hace décadas. A pesar de que la actual situación económica nos está afectando de manera importante a la mayoría de los españoles, muchos de nosotros tenemos satisfechas nuestras necesidades básicas, disponemos de una vivienda, trabajo, familia, amigos, podemos viajar de vez en cuando, salir a comer o a tomar unas copas, permitirnos algún capricho...No obstante, la experiencia nos muestra, que aún disfrutando de todas estas comodidades, nos cuesta ser felices. ¿POR Qué?

A pesar de que la mente humana ha evolucionado enormemente en lo que a capacidad de análisis, razonamiento, creatividad...se refiere, esta evolución ha supuesto también el desarrollo de la capacidad  de compararnos constantemente con los demás, de tener en cuenta únicamente  nuestros defectos y obviar nuestras virtudes, de estar insatisfechos con lo que tenemos y desear lo que no tenemos, y de anticiparnos a situaciones que percibimos como amenazantes y que probablemente nunca se darán.
Teniendo esto en cuenta, no es extraño que nos resulte tan difícil ser felices. 


¿CÓMO PODEMOS DEFINIR LA "FELICIDAD"?

La palabra felicidad tiene dos significados que implican cosas muy distintas.

El primero, que es el que todos conocemos, tiene que ver con un sentimiento en el que la persona experimenta alegría, satisfacción o placer, y que como ocurre con todos los sentimientos, no dura siempre. Por lo tanto, pasarse la vida persiguiendo ese sentimiento de felicidad, a lo único que nos puede llevar es a experimentar frustración, ansiedad o depresión.

El otro significado tiene que ver con vivir una vida plena y llena de sentido, es decir, luchar y actuar para lograr las cosas que verdaderamente nos importan, avanzar en la dirección que para nosotros es la correcta, saber cuáles son nuestros valores y actuar en consonancia...Este concepto de felicidad no tiene que ver con un sentimiento fugaz, sino con la sensación de vida bien vivida. Implica, además, aceptar que la vida también conlleva dolor, porque tarde o temprano todos experimentaremos una pérdida, una decepción, un fracaso. Pero la inevitable experiencia de dolor tiene un lado positivo o menos malo, y es que a pesar de que no podamos evitarlo, sí podemos aprender a manejarlo mejor, hacerle sitio y seguir construyendo una vida que merezca la pena vivir.

15 de diciembre de 2011

SOBREPESO Y OBESIDAD INFANTIL. CÓMO ATAJARLOS

En las tres últimas décadas se ha producido un crecimiento importante del sobrepeso y la obesidad infantil, cuyas causas los expertos achacan a las condiciones actuales de vida y no tanto a factores genéticos. En la actualidad el sobrepeso y la obesidad infantil constituyen un problema con importantes implicaciones sociales, psicológicas y sanitarias. Desde el punto de vista pscológico, los niños, y sobre todo las niñas, con sobrepeso suelen mostrar insatisfacción corporal, afectación de su autoestima y son, en algunos casos, las candidatas ideales a comportamientos alimentarios inadecuados como el ayuno o el atracón.
Varias son las CAUSAS de esta problemática:

1. El número de horas delante del televisor: un mayor número de horas delante del televisor conlleva una mayor probabilidad de consumir alimentos menos saludable y menor actividad física.

2.Un número de horas de sueño insuficiente:  la falta de  sueño  aumenta la probabilidad de sobrepeso u obesidad.

3. Saltarse el desayuno: En general, se ha observado que cuantas menos comidas regulares toman los niños más se incrementa el consumo de snack y otros alimentos calóricos entre horas.

4. Falta de actividad física: El ocio sedentario basado en la TV, ordenador y videojuegos mantiene una relación directa con el sobrepeso infantil. El ejercicio físico es un excelente medio de control del peso a cualquier edad, ya que aunque por si mismo no es suficiente para perder peso, resulta fundamental para prevenir su ganancia. La actividad física moderada amortigua el apetito, controla  la ansiedad, el aburrimiento o el desánimo que pueden conducir al consumo de chucherías u otros alimentos muy calóricos. 
5. Comer solo y abusar de las chucherías: se ha constatado que los niños que no cenan regularmente en familia comen más chucherías, más comida rápida y muestran una alimentación más desequilibrada que los niños que comen de manera regular con su familia. 
6. Comer par aliviar el aburrimiento y el malestar emocional. 
7. Alimentación inadecuada: En general, los niños toman más cantidad de alimentos de la que precisan y su alimentación es rica en grasas, azúcares sencillos y en consecuencia en calorías, con un predominio de la carne, los precocinados, los dulces y un consumo insuficiente de verduras, legumbres, frutas y pescado.  

REGLAS PARA EL FOMENTO DEL NORMOPESO INFANTIL 
1. El tiempo dedicado al ocio sedentario basado en la televisión, consolas o Internet, no debe exceder, como máximo, de dos horas diarias
2. Marcar una hora límite para irse a la cama y no esperar a que acabe el programa de televisión o de charlar con un amigo a través de Internet. Ese horario deberá permitir al niño dormir al menos diez horas diarias. 
3. Realizar sistemáticamente un desayuno que aporte al menos entre el diez y quince por ciento de las calorías consumidas a lo largo del día y que incluya lácteos, cereales y fruta. 
4. Practicar a diario alguna forma de actividad física que puede ser desde ir caminando a la escuela, jugar en el patio del colegio o hacer algún deporte. 
5. Limitar el consumo de chucherías a momentos particulares de la semana, como puede ser algún día después de clase o de alguna actividad extraescolar. No dar dinero a los niños para que compren diariamente las golosinas que deseen. 
6. Procurar realizar alguna de las comidas principales en familia (comida o cena), en la que todos comen de todo lo que hay. 
7. Educar a los niños para que aprendan a superar los momentos de aburrimiento de la vida sin recurrir al consumo de alimentos. Presentarse como un modelo que sabe aceptar el aburrimiento como algo natural de la vida, pero sobre todo que sabe salir de él a través de un ocio activo, es una buena forma de facilitar que nuestros hijos adquieran ese mismo autocontrol y eviten convertir el alimento en una fuente de alivio del tedio. 
8. Distribuir la alimentación del niño en cinco comidas diarias, con un programa nutricional en el que un tercio de las calorías consumidas sean frutas y verduras, otro tercio legumbres, arroz, cereales, pasta o pan y el tercio restante, carne pescado, lácteos y aceite de oliva. Esto deberá ser así para todos los miembros del núcleo familiar. 
9.  No prohibir ningún alimento. Se podrá moderar su cantidad pero nunca eliminarlo totalmente de la dieta, ya que eso sólo contribuiría a fortalecer el llamado efecto “manzana prohibida”, en virtud del cual lo prohibido adquiere un valor añadido. 
10. Es muy recomendable que los niños coman en un lugar sin televisor. Aprovechar para charlar con ellos sobre lo acontecido a lo largo del día puede ser una buena alternativa. 
11. El uso temprano de dietas no es una solución efectiva y puede traer consecuencias más problemáticas de las que trata de resolver. Sin duda es mucho más efectivo educar al niño para que adquiera unos hábitos alimentarios adecuados y saludables. 

12 de diciembre de 2011

CUANDO NUESTROS PENSAMIENTOS NOS CREAN MALESTAR


¿Alguna vez te has sorprendido teniendo algún pensamientos del tipo: "No voy  a poder hacerlo", "Seguro que sale mal", "No valgo para nada", "los demás son mejores que yo", "No le gusto a nadie", "Voy a hacer el ridículo","si doy mi opinión verán que soy poco inteligente", "soy un desastre de madre/padre","soy una fracasada"...?

Con toda seguridad tu respuesta a esta pregunta sea "SÍ".Tod@s las persona tenemos en mayor o menor medida este tipo de pensamientos, que en psicología reciben el nombre de Pensamientos Automáticos Negativos, y que son fuente importante de malestar.



 ¿Qué caracteriza a estos Pensamientos Automáticos Negativos?:


- Nos los creemos a pies juntillas, como si el pensamiento fuera la verdad.Por muy irracionales o absurdos que sean, nos parecen válidos y creibles.

- Entran de golpe en nuestra mente, lo que hace que a veces tengamos dificultades para detectarlos. 

- Le concedemos toda nuestra atención.Os habreis dado cuenta de que cuando estos pensamientos aparecen nos resulta muy difícil dejar de "escucharlos" y centrarnos en otra cosa. 

- Reaccionamos a ellos como si lo que estamos pensando estuviera realmente sucediendo.Si yo pienso que caigo mal a la gente, me inhibiré socialmente, de manera que terminaré aislándome y marginándome.

 
- Tienden a dramatizar y exagerar lo negativo de la situación. Así, podemos interpretar una llamada de atención del jefe como una muestra de que no soy competente, o incluso de un posible despido.


Nuestros pensamientos en general y losPensamientos Automáticos Negativos en particular van a determinar lo que sentimos. Así, habreis observado que cuando teneis este tipo de pensamientos, las emociones que aparecen son tristeza, ira, miedo, deseperanza, ansiedad,culpa...También habreis podido comprobar cómo ese pensamiento y esa emoción han determinado en parte vuestra manera de actuar. De manera que ante el pensamiento "Seguro que sale mal", habreis sentido desesperanza, y habreis dejado de hacer lo que teníais entre manos.

¿Que podemos hacer con estos pensamientos? 

Vuestra experiencia os habrá demostrado que no podemos simplemente "dejar de pensar en ellos". No podemos "echar pensamientos" de nuestra cabeza, porque nos encontraremos con que cuanto más intentemos no pensar en algo más pensaremos en ello. Lo que sí podemos es aprender a gestionarlos, cambiarlos por otros más reales, útiles y beneficiosos. De manera que ante estos pensamientos debemos:

1. Detectarlos.

2.Reconocer que no son más que pensamiento, palabras.

3.Buscar evidencias a favor y en contra de ese pensamiento.

4. Una vez que tienes las evidencias a favor y en contra cambia ese pensamiento por otro más racional y real. En lugar de "soy mala madre"  podría ser " Ayer no presté la suficiente atención a mi hija". 

5. Plantéate si ese pensamiento te está siendo útil.

7 de diciembre de 2011

OPTIMISMO O PESIMISMO ¿QUÉ ES MEJOR?

A pesar de que siempre se ha apoyado la idea de que las personas optimistas son más felices, tienen mayores y mejores logros, se emprenden en mayor número de empresas, afrontan y superan mejor las enfermedades, y un largo etcétera, en los últimos años una parte de los psicólogos pensamos que esto del optimismo no es tan bueno. Os pongo un ejemplo.


Imaginad la siguiente situación: Juan, Luis y Lucia. Son tres empleados de una empresa que dada la bancarrota económica en la que se encuentra se ve obligada a despedir a algunos de sus trabajadores. Vamos a analizar cómo sería la actitud de cada uno de ellos.

El primero de ellos, Juan es pesimista. Piensa que le va a tocar a él, que lo van a despedir porque siempre tiene muy mala suerte. Además cree que no le cae bien al jefe. Como consecuencia de pensar esto se siente mal, triste, deseperado, enfadado, bloqueado, y desde que se ha enterado ha bajado el rendimiento en la empresa. No sabe qué va a hacer con su vida si lo despiden.


Luis, el segundo de nuestros empleados, es muy optimista. Está seguro de que no le va a tocar a él. Ha trabajado duro por la empresa, sabe que su jefe lo valora y no va a prescindir de él. Está tranquilo, y lógicamente no está buscando otro trabajo.

Lucia es bastante realista. Sabe que a pesar de que ha trabajado duro por la empresa y su jefe la tiene en alta estima, entiende que nadie es imprescindible, y que la cosa está tan mal que cabe la posibilidad de que la despidan.Aunque también baraja la posibilidad de quedarse, porque entiende que hay gente que lleva menos tiempo en la empresa. Ha echado algún curriculum por si acaso.

¿Cuál de las tres posturas creeis que es la más adecuada, sana y productiva? Sin duda la de María.

Tanto la persona optimista como la pesimista tienen una visión de las situaciones sesgada y parcial, se centran exclusivamente en los aspectos negativos de las situaciones, en el caso de la persona pesimista, o prestan atención sólo a los aspectos positivos, en el caso de la persona que es optimista.

Cuando nos encontramos ante un problema al que debemos dar solución o en una situación que puede resultar estresante, lo más práctico y beneficioso es analizar todos y cada uno de sus aspectos, los a favor y en contra, porque sólo así tendremos una visión amplia y próxima a la realidad, y sólo así podremos actuar de una manera más segura y sensata.

La persona realista valora de manera amplia la situación y actúa, siendo consciente de las  consecuencias que pudieran  desencadenarse de su actuación, y barajando posibles soluciones en el caso de que los resultados no fuesen los deseados.

1 de diciembre de 2011

NUESTROS HIJOS Y LA AUTOESTIMA

Por todos es sabido que la autoestima, o valoración que hacemos de nosotros mismos, es algo que se va formando desde que somos pequeños. Varios factores van a estar implicados en su construcción, y uno muy importante va a ser la familia. En concreto,las actitudes de los padres hacia sus hijos predisponen a que los niños tengan una autoestima positiva o negativo.

Diferentes estudios han mostrado que:

- La mayor o menor implicación de los padres en la educación y cuidado de los hijos va a influir en la autoestima que estos desarrollen. Aquí hay que tener en cuenta que no sólo es la implicación lo que cuenta, sino la calidad de la misma.

- Íntimamente ligado a lo anterior, está la demostración de afecto. Los padres que demuestran afecto a sus hijos a través de besos, caricias, gestos...favorecen en mayor medida una autoestima positiva que aquellos que se muestran reacios a cualquier manifestación de afecto positivo. 

- La aceptación incondicional también va a ser un factor determinante. El ser conscientes de las potencialidades y limitaciones de cada niño, y aceptarlo tal y como es.

- El establecimiento de normas claras, firmes,aunque razonadas permite al niño saber qué conductas son buenas y cuáles no, y  establece límites que no deben superarse.ES importante explicar al niño el porqué de las normas que se establecen, siempre acorde al nivel de entendimiento del niño.

- Evitar la sobreprotección, animándoles a que sean independientes y a que realicen las cosas por si mismos.

- Un aspecto sobre el que no podemos influir pero que también parece ser determinante, es el orden de nacimiento. Ser el primero o el único en nacer parece que favorece la autoestima, especialmente en los chicos.

- El modelo que presentan los padres permite al niño formarse una idea de cómo comportares y qué consecuencias siguen a este comportamiento. Cuando los hijos observan a sus padres aprenden qué es lo que se debe imitar y qué no. No debemos olvidar, que los niños aprenden observando modelos, por lo que continuamente estamos sirviendo de modelo de conducta a nuestros hijos.



Podemos concluir diciendo que el estilo educativo DEMOCRÁTICO, caracterizado por altas muestras de afecto, elevados niveles de comunicación padre-hijo, altos niveles de  animación a la autonomía, y sistemas de control no cohercitivos basados en la explicación de las normas, favorece el desarrollo de una autoestima positiva, en mayor medida que los estilos autoritarios y permisivos.