Cuando
puedo me gusta disfrutar de la compañía de mis sobrin@s , y
hacer planes con y para niñ@s. Hace dos fines de semana tuve la ocasión.
Hicimos un poco de todo: jugaron al futbol con otros niños, se montaron en los
cacharritos del parque, fuimos a dar de comer a los patos, compramos algunas
chucherias, estuvimos en el cine, y jugamos a hacer volar aviones de papel
decorados por ellos mismos. Para mi sorpresa, ésta última actividad, a pesar
de su simpleza, fue la que más les gustó.
Vienen los
reyes, y con ellos el considerable desembolso de dinero que padres y madres os “sentís
obligados” a hacer. Las televisiones bombardean a l@s niñ@s con todo tipo
de sofisticados juguetes destinados a
convertirse en objeto de deseo de niños y niñas, las tiendas exhiben en sus
escaparates sus mejores juguetes, y las cartas a los reyes magos cada vez
tienen más líneas para ser rellenas. Este año la crisis se hace más evidente en
muchos hogares, y los mayores podéis sentir la presión y el malestar al no poder dar
a vuestr@s pequeñ@s todo lo que ellos
ansían.
Se han
llevado a cabo muchos estudios para dar con los factores implicados en el
bienestar de los niños y niñas, y coincidiendo con estas fechas y con las
dificultades que muchos padres podéis tener para cumplir las, a veces, elevadas
expectativas de vuestr@s hij@s, he
creído oportuno señalar algunas de las conclusiones de los mismos:
-
Los niños no necesitan tener muchos juguetes, los
pueden querer, pero no los necesitan. Lo que verdaderamente necesitan es pasar
tiempo con sus padres. Se ha comprobado que a pesar de que en el Reino Unido
los niños disfrutan de más bienes materiales, son menos felices que l@s niñ@s españoles porque los
padres y madres pasan poco tiempo con ell@s.
-
El bienestar, según los propios niños, lo
proporciona el formar parte de una familia feliz y estable, tener amigos, pasar
tiempo con todos ellos y divertirse con actividades fuera de casa con unos y
otros.
-
Por otro lado, la mayoría de los padres y de los
profesionales creen que sus hij@s tienen más juguetes y regalos de lo
conveniente. Pero por alguna extraña razón, se sigue saturando a los niños y
niñas con regalos que en la mayoría de las ocasiones quedarán arrinconados y
serán objeto de la ignorancia de los mismos.
-
Es tan malo que los niños no reciban nada como que
lo reciban todo. Si les damos todo, no podrán asimilar ni entender las normas
ni los límites y tendrán una tolerancia muy baja a la frustración. Además
acabarán apreciando a las personas por lo que les dan y no por lo que son,
valorarán más el tener que el ser.
Es
importante que eduquemos a los niños y niñas en el consumo y no en el
consumismo, que pongamos límites a sus deseos, de lo contrario les estaremos
enseñando que todo lo que quieran y deseen van a poder tenerlo. Si no les
ponemos nosotr@s los límites se los terminará poniendo, más cruelmente, la
vida.
El mejor
regalo no es el más caro ni el más sofisticado. Los niños y niñas eligen los
regalos que la publicidad les ofrece. El regalo más sorprendente que recuerdo
de reyes fue una cuerda que mi padre nos ató de un extremo a otro de la cama,
de la que colgaban chucherías. Cuando abrí los ojos por la mañana no podía
creerlo. Y me gustó sencillamente porque era original, sorprendente y no esperado.