11 de diciembre de 2012

AVIONES DE PAPEL


Cuando puedo me gusta disfrutar de la compañía de mis sobrin@s , y hacer planes con y para niñ@s. Hace dos fines de semana tuve la ocasión. Hicimos un poco de todo: jugaron al futbol con otros niños, se montaron en los cacharritos del parque, fuimos a dar de comer a los patos, compramos algunas chucherias, estuvimos en el  cine, y  jugamos a hacer volar aviones de papel decorados por ellos mismos. Para mi sorpresa, ésta última actividad, a pesar de su simpleza, fue la que más les gustó.

Vienen los reyes, y con ellos el considerable desembolso de dinero que padres y madres os “sentís obligados” a hacer. Las televisiones bombardean a l@s niñ@s con todo tipo de  sofisticados juguetes destinados a convertirse en objeto de deseo de niños y niñas, las tiendas exhiben en sus escaparates sus mejores juguetes, y las cartas a los reyes magos cada vez tienen más líneas para ser rellenas. Este año la crisis se hace más evidente en muchos hogares, y los mayores podéis sentir la presión y el malestar al no poder dar a vuestr@s  pequeñ@s todo lo que ellos ansían.

Se han llevado a cabo muchos estudios para dar con los factores implicados en el bienestar de los niños y niñas, y coincidiendo con estas fechas y con las dificultades que muchos padres podéis tener para cumplir las, a veces, elevadas expectativas de vuestr@s  hij@s, he creído oportuno señalar algunas de las conclusiones de los mismos:

 

-          Los niños no necesitan tener muchos juguetes, los pueden querer, pero no los necesitan. Lo que verdaderamente necesitan es pasar tiempo con sus padres. Se ha comprobado que a pesar de que en el Reino Unido los niños disfrutan de más bienes materiales, son menos felices que l@s niñ@s españoles porque los padres y madres pasan poco tiempo con ell@s.

 

-          El bienestar, según los propios niños, lo proporciona el formar parte de una familia feliz y estable, tener amigos, pasar tiempo con todos ellos y divertirse con actividades fuera de casa con unos y otros.

 

 

-          Ni tener más aparatos tecnológicos ni vestir ropa de marca hace más felices a l@s niñ@s.

 

-          Por otro lado, la mayoría de los padres y de los profesionales creen que sus hij@s tienen más juguetes y regalos de lo conveniente. Pero por alguna extraña razón, se sigue saturando a los niños y niñas con regalos que en la mayoría de las ocasiones quedarán arrinconados y serán objeto de la ignorancia de los mismos.

 

-          Es tan malo que los niños no reciban nada como que lo reciban todo. Si les damos todo, no podrán asimilar ni entender las normas ni los límites y tendrán una tolerancia muy baja a la frustración. Además acabarán apreciando a las personas por lo que les dan y no por lo que son, valorarán más el tener que el ser.

Es importante que eduquemos a los niños y niñas en el consumo y no en el consumismo, que pongamos límites a sus deseos, de lo contrario les estaremos enseñando que todo lo que quieran y deseen van a poder tenerlo. Si no les ponemos nosotr@s los límites se los terminará poniendo, más cruelmente, la vida.

El mejor regalo no es el más caro ni el más sofisticado. Los niños y niñas eligen los regalos que la publicidad les ofrece. El regalo más sorprendente que recuerdo de reyes fue una cuerda que mi padre nos ató de un extremo a otro de la cama, de la que colgaban chucherías. Cuando abrí los ojos por la mañana no podía creerlo. Y me gustó sencillamente porque era original, sorprendente y no esperado.

 

18 de octubre de 2012

ESCÚCHAME


Marta y Ana son dos amigas que hace tiempo que no se ven y han quedado para ponerse al día de sus vidas. Están en una cafetería charlando animadamente. Ana está contando a Marta lo contenta que está porque ha cambiado de trabajo y le encanta su nuevo trabaja. Marta tiene el móvil encima de la mesa y a pesar de que no le suena no deja de darle a una tecla y mirar la pantalla en busca de algún mensaje, wassap… En la última ojeada al móvil  Ana interrumpe su discurso y pregunta a su amiga ¿Marta me estás escuchando? Sorprendida Marta levanta la mirada del móvil y contesta a su amiga que por supuesto que la está escuchando y le repite la última frase que Ana ha dicho.

Raquel y David son una pareja de recién casados. Están discutiendo porque Raquel reprocha a David que debe colaborar más en las tareas de la casa. Tienen la televisión encendida y mientras Raquel habla David no deja de mirar a la pantalla. Raquel le increpa que nunca la escucha cuando habla. David le responde que la está escuchando, pero que puede mirar la televisión y mantener una conversación con ella a la vez.

Es cierto que tanto Marta como David estaban escuchando a sus respectivas interlocutoras,  pero igualmente cierto es que Ana y Raquel no lo estaban sintiendo así.

La escucha activa.

Todos sabemos oír y escuchar, pero muy pocas personas saben escuchar activamente. El acto de escuchar y hacerlo activamente implica un esfuerzo por comprender a la persona, y además transmitirle claramente, a través de distintas conductas verbales y no verbales, que efectivamente la comprendemos y que es nuestro centro de atención en ese momento. Por lo tanto cuando alguien nos habla y no la miramos, o miramos la hora…no estamos escuchando activamente.

 

¿Por qué es importante la escucha activa?

Cuando escuchamos activamente transmitimos a la otra persona que nos interesa lo que tiene que decirnos y que en este momento sus sentimientos, emociones, preocupaciones…son lo que más nos importa captando por completa toda nuestra atención.

Tendemos a confiar problemas o preocupaciones a aquellas personas con las que nos sentimos escuchadas, por lo que la escucha activa va a  permitir tratar los problemas de nuestros seres queridos en profundidad, al facilitar  que nos revelen sentimientos, preocupaciones, emociones…, porque le transmitimos que verdaderamente pueden confiar en nosotros.

Por otro lado la escucha activa implica una actitud abierta por parte del que escucha, durante la cual acoge todo lo que su interlocutor siente y expresa sin someterlo a ningún juicio de valor. Hacemos por tanto que la persona se siente valorada, aceptada y respetada.

Además, la escucha activa tiene un efecto tranquilizante. De manera que nos va a resultar muy útil en aquellas situaciones en las que tengamos que enfrentarnos a quejas o reclamaciones de otras personas, ya sea en el ámbito familiar, laboral,...
En definitiva si aprendemos a escuchar activamente mejoraremos la comunicación con nuestra pareja, familiares, amigos, compañeros, clientes...

¿Cómo podemos llevar a cabo la escucha activa?

Seguramente tod@s nosotr@s podemos enumerar una o dos personas a las que siempre acudimos cuando tenemos algo importante que contar ¿Por qué?¿Por qué cuando algo me preocupa prefiero contárselo a “X” y no a “Y”? Seguramente porque “X” con su actitud hace que me sienta más escuchada, comprendida y menos juzgada.

Para escuchar activamente…

-  Mira a la persona que te habla a los ojos.

-  Realiza de vez en cuando movimientos de asentimiento con la cabeza.

-  Adopta una postura corporal de atención, caracterizada por una ligera inclinación del cuerpo hacia la persona.

-  Imita la expresión facial de la persona que te está hablando.

-  Limita el uso de gestos distractores, como mirar la hora, mirar hacia otro lado, ...

-          Haz uso de vez en cuando de breves expresiones verbales del tipo  “entiendo”, “Ya veo”, “ah-ah”, que no interrumpen su discurso y dan información de que la estamos comprendiendo.
 
-          Durante la escucha es importante resumir sus comentarios con nuestras propias palabras. Podemos decir “Si no te he entendido mal, me quieres decir…”, “Así que…”

-          Haz preguntas o afirmaciones relacionadas con los comentarios de tu interlocutor. Así le das a entender que deseas que siga hablando.

Conductas que debemos evitar  y que entorpecen la escucha activa:

-          Interrumpir a la persona mientras habla.

-          Juzgarle.

-          Dar consejo no pedido.

-          Quitar importancia a sus sentimientos, con expresiones del tipo: “Venga, que eso no es nada”

-          Contar “nuestra anécdota”.

El texto que os expongo a continuación refleja muy bien en qué consiste este tipo de escucha.

ESCÚCHAME

Cuando te pido que me escuches y empiezas a darme consejos,

no haces lo que te pedí.

Cuando te pido que me escuches y

empiezas a decirme el por qué yo no debería sentir de esta forma,

tú estás entrando en mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches y

tú sientes que tienes que hacer algo para solucionar mi problema,

tú me estás fallando, por extraño que parezca.

¡Escúchame!

Lo que yo te pido es sólo que me escuches.

No tienes que hablar ni decirme nada. Sólo escucharme.

Cuando tú haces algo por mí, que yo puedo hacer por mí mismo,

tú estás contribuyendo a mi sensación de miedo y de no estar bien.

Pero cuando tú puedes aceptar el simple hecho de que

yo siento lo que siento, no importa cuán irracional es,

entonces yo puedo parar de querer convencerte y usar mi energía

para explorar lo que hay detrás de mis emociones.

Cuando esto está claro, las respuestas son obvias y no necesito consejo.

Los sentimientos irracionales tienen sentido

cuando entendemos lo que hay detrás de ellos.

Por lo tanto, ¡por favor! Sólo escúchame, y si quieres hablarme,

espera un minuto a tu turno, que yo te voy a escuchar.

 

 

 

 

 

 

3 de octubre de 2012

BÚSCATE UN AMANTE

Muchas personas tienen un amante. Muchas otras quisieran tenerlo. Están las que no tienen amante o lo tenían y lo perdieron. Estas últimas personas son las que habitualmente entrevisto en mi consulta.
 
Me cuentan que están tristes o que tienen distintos síntomas enfermizos como por ejemplo insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o dolores diversos.
 
Agregan que sus vidas transcurren de manera monótona, solitaria y sin expectativas. Que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en que ocupar su tiempo libre. Se sienten aburridos y desesperanzados.
 
En consultas anteriores lograron la condolencia de un seguro diagnóstico : “depresión” , y la infaltable receta del antidepresivo de turno. Si he llegado a conocerlos es porque, obviamente, no mejoraron.
 
Entonces les digo que no necesitan un antidepresivo, que necesitan un amante. Es curioso ver la expresión con que reciben el lacónico veredicto. Están los que piensan: ¡como es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica! También los que escandalizados no vuelven nunca más. Aclaro que a estos últimos los justifico, ya que en los tiempos que corren es natural ser cauto y desconfiado con las personas a quien uno recurre en el comprensible afán de buscar ayuda.
 

Los que deciden quedarse escuchan esta explicación:
 
Amante es: “lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestros pensamientos antes de quedarnos dormidos y a veces no nos deja dormir. Lo que nos ayuda a esperar el mañana o el tiempo necesario para el reencuentro con lo amado. Lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber en nuestra secreta intimidad, que así, la vida tiene una motivación y un sentido pese a ciertos disgustos - que lo amado - suele provocarnos.
 
En definitiva, ¿ quién es este maravilloso amante que nos acerca a la felicidad y nos aleja del sinsentido ? A veces lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. Pero también solemos hallarlo en la investigación científica, o la literatura, la música, la política, el deporte, el trabajo cuando es vocacional, la necesidad de trascender espiritualmente, la solidaridad para con el prójimo, el hábito de viajar, el teatro, la pintura, la amistad, la buena mesa, el estudio, o el obsesivo placer de coleccionar estampillas. En fin, es alguien o algo que nos pone de novio con la vida y nos aparta del triste destino de durar.
 
¿ Y qué es durar ?, durar es tener miedo a vivir.
 
Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la tensión constantemente, deambular por consultorios médicos, ingerir pastillas multicolores,  alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelva el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia, postergar la posibilidad de disfrutar hoy esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizá podamos hacerlo mañana.
 
Termino con una sugerencia, más que una sugerencia una súplica al probable lector: por favor no te empeñes en durar, busca tu amante y se tú también un amante y un protagonista... de la vida, piensa que lo trágico no es morir, ( al fin y al cabo la muerte nunca se ha olvidado de nadie ), lo trágico, es no animarse a vivir... mientras tanto.

26 de septiembre de 2012

POSIBILIDADES


Decimos adiós a una estación y damos la bienvenida a otra, el otoño, que supone una serie de cambios a distintos niveles: cambia el color del paisaje, bajan las temperatura, llega el frio y las lluvias, se reducen las horas de luz solar, cambiamos los horarios, volvemos a la rutina con el final de las vacaciones…, cambios que en alguna medida pueden afectar a nuestro estado de ánimo. Así con la llegada del otoño podemos sentirnos algo más tristes,  desmotivados, faltos de energía… síntomas que no deben alarmarnos  pues suelen desaparecer en una o dos semanas,  conforme el organismo se adapta a la nueva situación estacional. Y es que todo cambio, por mínimo que sea, conlleva siempre un proceso de adaptación.

En este sentido y como pudimos comprobar en mi página de Facebook, también en el mundo de la poesía el otoño representa la melancolía, los paisajes sombríos, el pasado irrecuperable... Pero el otoño también es una estación llena de oportunidades.

¿Qué cosas podemos hacer en esta nueva estación que nos van a permitir disfrutar más de ella?

-          Practica ejercicio al aire libre, además de mejorar tu forma física, liberarás endorfinas que contribuirán a que te sientas mejor. Puedes aprovechar las primeras horas de luz del día para salir a andar, coger la bici, correr.

-          Busca el mayor contacto posible con el sol y la luz. Está comprobado que la exposición a la luz solar mejora el estado de ánimo.

-          Cuida tu alimentación. Haz que sea variada, sana y equilibrada.

-          Descansa adecuadamente para que tu reloj biológico pueda adaptarse a los cambios. Intenta acostarte siempre a la misma hora, y ten en cuenta que es importante que duermas el número de horas que tu organismo necesite para estar bien.

-          Mantente activo.

-          Planifica los meses de otoño de manera que no supongan el final de las vacaciones. Aprovecha los fines de semana para planificar rutas de senderismo, visitar pueblos o ciudades…, actividades que en verano no pueden realizarse debido a las altas temperaturas.

-          Ve al campo y saborea los olores, los sonidos, los colores… El contacto con la naturaleza seguro que te llenará de energía.

Hay un refrán que dice “Ni en agosto caminar, ni en diciembre navegar”.

 

Feliz otoño a tod@s!

11 de julio de 2012

EL NACIMIENTO DE UN HERMANO: LOS CELOS


Los celos son la emoción que surge ante el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido. Es el sentimiento producido por el temor de que la persona amada prefiera a otra. En muchas ocasiones ese sentimiento puede ir acompañado de envidia- resentimiento hacia quien se percibe como rival.

Con la llegada de un hermanito puede surgir  en algunos niños un miedo a  perder  el cariño, atención y privilegios hasta ahora exclusivos que le dan los padres, produciéndole ciertas inseguridades al percibirlo como una amenaza. Y es que  hasta ese momento el niño es el centro alrededor del cual gira todo.



El niño va a manifestar los celos de distintas maneras:



-  a través de sentimientos de dolor, rabia, tristeza, humillación, desesperanza

-  con pensamientos, preocupaciones e imágenes relacionados con la pérdida del amor y las atenciones de sus padres.

- a través de comportamientos de búsqueda de atención mediante el llanto, rabietas, agresividad manifiesta hacia el bebe (quita los juguetes, tapa la nariz, le pega…).

-  mostrando desobediencia o excesiva obediencia y  colaboración con los progenitores.

-  con la aparición de conductas regresivas, es decir conductas ya superadas en etapas anteriores,  como orinarse si ya habían conseguido controlarlo, alteraciones en el lenguaje imitando el lenguaje del pequeño, repetición de palabras y frases, tartamudeo…

- el sueño se puede volver irregular, puede pedir ir a la cama de los padres, o solicitar compañía en la suya, llamar frecuentemente a un adulto…

- se pueden producir cambios en los hábitos alimenticios, comiendo menos  o negándose  a comer alimentos que antes pedía.

- En casos extremos pueden aparecer vómitos, anorexia, mareos, terrores nocturnos, insomnio, etc. En ocasiones pueden adoptar conductas desafiantes hacia los padres/madres, familiares y profesores, menospreciar a los compañeros,  aislarse socialmente o mostrar pruebas de afecto exageradas.

Por otro lado, las conductas hacia el nuevo hermano pueden resultar ambivalentes (aceptación-rechazo, cariño-agresiones…). Este carácter ambivalente refleja los celos, por un lado, y la vinculación afectiva con el hermano por otro.



FACTORES QUE FAVORECEN LA APARICIÓN Y MANTENIMIENTO DE LOS CELOS


A pesar de que es el nacimiento de un hermano lo que principalmente provoca la aparición de los celos en el niño, existen una serie de factores que van a influir determinantemente en su aparición y mantenimiento:


-          el  comportamiento que a partir del nacimiento del bebe comiencen a manifestar los padres, traducido en mayor atención al pequeño y cambio de actitud hacia el hijo mayor exigiéndole más, prestándole menos atención, castigándole más…



-          la calidad de la relación que antes del nacimiento del hermano pequeño  los padres tuviesen con el mayor, incrementándose la probabilidad de aparición de celos si ésta se basaba en prohibiciones y limitaciones excesivas.



-          la edad del hijo mayor, siendo éste más  vulnerable a los celos cuando el nacimiento del nuevo  hermano se produce antes de los 5 años.



-          la diferencia de edad entre los hermanos, siendo más difícil la aparición de los celos  cuando la diferencia de edad es superior a tres años.



-          La excesiva comparación entre los hermanos, sobre todo si el hermano mayor sale perjudicado en las comparaciones.





-           en padres separados, la preferencia del padre/madre ausente por algún hijo acentúa los celos.



-          Y por supuesto, el temperamento del niño.



Otro  momento clave en la evolución de los celos es  cuando el hermano pequeño comienza a hablar, ya que vuelve a captar una mayor atención de los padres y el entorno, y comienza a intervenir en las actividades interrumpiéndolas o no respetando las reglas del juego. En este momento se produce una agudización de los mismos por lo que hay que ser especialmente cuidadosos.


QUE PUEDEN HACER LOS PADRES


El proceso de adaptación a la nueva situación es mas sencillo si el niño tiene una relación firme con ambos progenitores antes de que llegue el bebe y continua manteniendo lazos estrechos después.

Algunas orientaciones que pueden servir a los padres para reducir las conductas de celos son:


-    Darle la oportunidad de expresar su malestar. Es importante que entendamos que lo que hacen es fruto del miedo a perder el cariño y atenciones de sus seres queridos.

-    Seguir proporcionando amor y atención al hijo mayor, e intentar mantener un cierto equilibrio en las atenciones, no prestando tanta atención al bebe que privemos al hijo mayor de la misma.

- Transmitirle a través de gestos, palabras, comportamientos que se le quiere.

-    Mantener las rutinas normales en la medida de lo posible.

-    Es importante que les hagamos entender  que el bebe tiene emociones, sentimientos y necesidades y que él puede hacer mucho en su cuidado.

-    Implicarle en las tareas de cuidado del bebe.

-    No exigirle demasiado, ni ser tan indulgentes con él que se convierta en un niño consentido.

-    Atender con interés sus éxitos y alabarle cuando veamos la ocasión.

-     Recordarle  las ventajas y privilegios que tiene ser mayor (acostarse más tarde, hacer ciertas actividades, comer ciertas comidas…).

-     No hacer comparaciones entre hermanos.

-   No manifestar preferencias por alguno o intervenir prematuramente en las peleas.

-   No ponerse rígido o intolerante con las conductas regresivas.

-     No regañarle o enfadarse con frecuencia.

-   No hacer elogios muy efusivos cuando se muestre cariñoso con el hermano.



A pesar de que como hemos visto, la aparición de celos infantiles tras el nacimiento de un hermano es habitual y  se considera normal, evolucionando favorablemente, hay determinados casos en los que los celos son exagerados, se prolongan en el tiempo  y producen un gran malestar en el niño interfiriendo en sus actividades y relaciones interpersonales. En estos casos va a ser necesario la intervención de un profesional que ponga en marcha un tratamiento más especializado.

13 de junio de 2012

LA ANSIEDAD POR SEPARACIÓN EN EL NIÑO


Mario es un niño de 7 años que desde hace un tiempo muestra  una gran resistencia a separarse de su madre y de su padre. Lo pasa muy mal cada vez que tiene que alejarse de ellos. El otro día la madre tuvo que ir a recogerlo al cumpleaños de un compañero de clase porque la llamaron diciendo que Mario estaba llorando porque quería ver a su mamá. La situación ha llegado a tal extremo que los padres han decidido no salir de viaje sin él porque cada vez que lo hacían la abuela materna, que era la que se quedaba con Mario, relataba que el niño lo pasaba francamente mal durante la ausencia de los padres (lloraba, estaba triste, preguntaba continuamente cuándo iban a volver, no quería jugar ni ir a ningún lado…). Además cada vez que tiene que ir al colegio dice que le duele el estómago y a veces ha llegado a vomitar. Nunca quiere quedarse a dormir fuera de casa sin sus padres, y no puede dormir si su madre no se queda con él en la habitación contándole un cuento hasta que se duerme. Además ha tenido pesadillas en las que sus padres morían y él se quedaba sólo.

El caso de Mario podría ser un caso de Trastorno de ansiedad por separación.

QUÉ ES LA ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

La ansiedad por separación es el miedo o la ansiedad que experimenta el niño cuando tiene que separarse de las personas responsables de su cuidado. Hasta cierto punto es un fenómeno normal en el desarrollo evolutivo de los niños, estando presente desde el primer año de vida, e intensificándose posteriormente, pudiendo  llegar a ser muy frecuente en la primera infancia (de 1 a 3 años). A partir de esa edad y hasta los 5 o seis años va disminuyendo progresivamente.

Se ha comprobado que el 40% de la población infantil presenta características de ansiedad por separación, lo que significa que en un principio no debemos preocuparnos si el niño se resiste un poco a alejarse de los padres.

CUÁNDO ESTA ANSIEDAD SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA

Como he señalado anteriormente más del 40 por ciento de los niños suelen manifestar quejas o síntomas relacionados con ansiedad de separación. Pero, ¿cuándo este conjunto de síntomas se convierte en un trastorno psicológico que requiere de intervención profesional? Pues cuando la ansiedad que experimenta el niño ante estas situaciones es excesiva e inapropiada para su nivel de desarrollo, es decir:

-          cuando la frecuencia, intensidad o duración es excesiva si lo comparamos con lo que se considera normal dada la edad del niñ@. Por ejemplo un niño puede experimentar un ligero grado de ansiedad al volver al colegio después de una larga enfermedad, pero se considera excesiva la reacción extremadamente intensa con vómitos o agresiones físicas a los padres que no remite y persiste durante semanas.

-          Cuando causa serio malestar y gran preocupación al niño, altera su ritmo de vida cotidiano, o repercute negativamente en su desarrollo personal, ambiente familiar, rendimiento académico o relaciones sociales.



QUÉ SÍNTOMAS NOS INDICAN QUE EL NIÑO EXPERIMENTA UN TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

Existen una serie de indicadores que nos informan de que el niño puede estar experimentando ansiedad por separación.

-          Cuando experimenta malestar excesivo recurrente al separarse o anticipar una separación respecto del hogar o de las principales figuras de apego.

-          Si se preocupa en exceso y persistentemente por la posible pérdida de las principales figuras de apego o de que éstas sufran un posible daño.

-          Si se preocupa excesiva y persistentemente por la posibilidad de que un acontecimiento adverso dé lugar a la separación de una figura vinculada importante (por ej., extraviarse o ser secuestrado).

-          Si persistentemente no quiere ir a la escuela o a cualquier sitio por miedo a la separación.

-          Si se resiste o tiene miedo de estar en casa solo o sin las principales figuras de apego, o sin adultos significativos en otros lugares.

-          Si no quiere ir a dormir sin tener cerca una figura de apego importante o a ir a dormir fuera de casa.

-          Si tiene pesadillas con temática de separación.

-          Si se queja de cefaleas, dolores abdominales, nauseas o vómitos cuando ocurre o se anticipa la separación respecto de figuras importantes de vinculación.



PORQUÉ SE PRODUCE LA ANSIEDAD DE SEPARACIÓN

Nuestro organismo está biológicamente preparado para responder con ansiedad ante las situaciones que suponen algún peligro para nuestra supervivencia, por eso el bebe llora cuando lo separan de la madre, porque de ésta depende su cuidado. ¿Pero qué explica que esta ansiedad o miedo por la separación se mantenga en etapas del desarrollo en las que el niño ya no es tan dependiente de la madre y ante situaciones que no suponen una amenaza? ¿Y por qué se da en unos niñ@s y no en otr@s? Varios son los factores implicados en este fenómeno, que interactúan entre si.

-          Factores Personales: hay niños que son más vulnerables biológicamente a sufrir ansiedad, que muestran una mayor predisposición a reaccionar ante acontecimientos y situaciones nuevas con reservas, evitación, miedo…



-          Factores ambientales: el tipo de apego establecido con los padres, el estilo educativo de los padres, distintos circunstancias que pueden desencadenar el trastorno como hospitalizaciones largas del niño o de la madre, muerte de algún miembro de la familia…



PAUTAS DE ACCIÓN PARA PADRES DE NIÑOS CON ANSIEDAD DE SEPARACIÓN

Ante la aparición de algunas de las conductas mencionadas más arriba, puede ser beneficioso que padres y madres probéis con algunas pautas de intervención que en la mayoría de los casos ayudarán a que la dificultad desaparezca. Algunas de ellas son:

-          Refuerza (premia) las conductas valerosas que muestre el niño a través de elogios descriptivos (“Me ha gustado mucho que te hayas quedado en el colegio sin llorar. Ves como no pasa nada”), recompensas tangibles (regalo)…



-          En el caso de que el niño no quiera ir al colegio, asegúrate de que es porque no quiere separarse de ti, y que no existe otro motivo.



-          Mantén la calma. Es más eficaz mostrarse tranquilo que tranquilizar. Piensa en la siguiente situación: Vas en un avión y de pronto surgen turbulencias. ¿Qué te tranquilizaría más, que las azafatas dejasen de hacer lo que estaban haciendo y corriesen de un pasajero a otro dicendo que no ocurre nada, que todo está bajo control, O que por el contrario mantuviesen la calma y continuasen con lo que estaban haciendo?



-          Escúchale con atención y responde empáticamente diciéndole que entiendes lo que le pasa, pero que aún así debe hacerlo, y recuérdale que vas a volver a recogerlo, y cuál va a ser el premio si consigue superar la situación.Si continúan las quejas retírale la atención hasta que cesen las quejas y otras conductas de ansiedad como llorar o agarrarse a ti.



-          Evita la sobreprotección ¿Cómo se vence el miedo a esquiar? Esquiando. Pues lo mismo ocurre con las situaciones temidas por el niño. Haz que el niño se enfrente a las situaciones que le producen ansiedad. Y recuerda: Miedo evitado es miedo incrementado.



-          Apoya los intentos del niño de hacer frente a situaciones nuevas y desconocidas. Esto hará que gane en autonomía y reducirá el miedo a situaciones novedosas.





-          Evalúate. En ocasiones los adultos también tenemos miedos o situaciones que nos generan ansiedad, e inevitablemente estos miedos y ansiedades se las vamos a trasmitir al niño.



Si a pesar de todo el problema continúa, acude a un profesional que con toda seguridad sabrá cómo trabajar con el niño para hacer que poco a poco vaya enfrentándose a las situaciones que tanto teme.