3 de octubre de 2012

BÚSCATE UN AMANTE

Muchas personas tienen un amante. Muchas otras quisieran tenerlo. Están las que no tienen amante o lo tenían y lo perdieron. Estas últimas personas son las que habitualmente entrevisto en mi consulta.
 
Me cuentan que están tristes o que tienen distintos síntomas enfermizos como por ejemplo insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o dolores diversos.
 
Agregan que sus vidas transcurren de manera monótona, solitaria y sin expectativas. Que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en que ocupar su tiempo libre. Se sienten aburridos y desesperanzados.
 
En consultas anteriores lograron la condolencia de un seguro diagnóstico : “depresión” , y la infaltable receta del antidepresivo de turno. Si he llegado a conocerlos es porque, obviamente, no mejoraron.
 
Entonces les digo que no necesitan un antidepresivo, que necesitan un amante. Es curioso ver la expresión con que reciben el lacónico veredicto. Están los que piensan: ¡como es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica! También los que escandalizados no vuelven nunca más. Aclaro que a estos últimos los justifico, ya que en los tiempos que corren es natural ser cauto y desconfiado con las personas a quien uno recurre en el comprensible afán de buscar ayuda.
 

Los que deciden quedarse escuchan esta explicación:
 
Amante es: “lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestros pensamientos antes de quedarnos dormidos y a veces no nos deja dormir. Lo que nos ayuda a esperar el mañana o el tiempo necesario para el reencuentro con lo amado. Lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber en nuestra secreta intimidad, que así, la vida tiene una motivación y un sentido pese a ciertos disgustos - que lo amado - suele provocarnos.
 
En definitiva, ¿ quién es este maravilloso amante que nos acerca a la felicidad y nos aleja del sinsentido ? A veces lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. Pero también solemos hallarlo en la investigación científica, o la literatura, la música, la política, el deporte, el trabajo cuando es vocacional, la necesidad de trascender espiritualmente, la solidaridad para con el prójimo, el hábito de viajar, el teatro, la pintura, la amistad, la buena mesa, el estudio, o el obsesivo placer de coleccionar estampillas. En fin, es alguien o algo que nos pone de novio con la vida y nos aparta del triste destino de durar.
 
¿ Y qué es durar ?, durar es tener miedo a vivir.
 
Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la tensión constantemente, deambular por consultorios médicos, ingerir pastillas multicolores,  alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelva el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia, postergar la posibilidad de disfrutar hoy esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizá podamos hacerlo mañana.
 
Termino con una sugerencia, más que una sugerencia una súplica al probable lector: por favor no te empeñes en durar, busca tu amante y se tú también un amante y un protagonista... de la vida, piensa que lo trágico no es morir, ( al fin y al cabo la muerte nunca se ha olvidado de nadie ), lo trágico, es no animarse a vivir... mientras tanto.


 

2 comentarios:

  1. Preciosa entrada y preciada vida. Yo tengo muchos amantes jejeje!!!!!Pero mis dos tesoros son los más amados, besitos guapa!!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Belen! Está bien tener amantes, cuantos más mejor. Pero siemmpre hay algún favorito...es inevitable! Eres muy afortunada!

    Besos para ti también!

    ResponderEliminar