17 de abril de 2012

LA IMPORTACIA DE DECIR "NO"

Ya vimos en anteriores posts publicados en el blog que el establecimiento de normas y límites bien definidos favorece que l@s niñ@s crezcan segur@s y con confianza en si mism@s. También vimos cómo en la realidad del día a día se producen excepciones a esas normas que es importante que sepamos manejar. 

En esta ocasión quiero hablar de algo íntimamente relacionado con el hecho de marcar límites a l@s pequeñ@s, la capacidad de los padres y madres para decir "NO" a las incesantes peticiones de l@s hij@s.

Vivimos en la cultura de la permisividad y el consumismo, en la que tanto niñ@s como adultos estamos expuestos a una gran cantidad de estímulos que invitan a comprar y consumir. Los medios de comunicación bombardean con todo tipo de juguetes, por la calle los escaparates de las tiendas y puestos de chucherias invitan a entrar y comprar...Y los niños satisfacen su natural tendencia a pedir con la finalidad de conseguir lo que desean.

Ante este panorama, es importante que los padres y madres  sepan diferenciar cuándo las peticiones de los niños son adecuadas y cuándo no. Los datos apuntan a que el problema no estaría en detectar esta distinción, siendo la mayoría de ellos capaces de saber si la petición del niño es adecuada o no, sino más bien en llevarla a la práctica, en decir "NO". De esta manera podríamos caer en el error de concederles todo lo que deseen, sin ser conscientes de las consecuencias que esta actitud podría tener en el posterior desarrollo del niño.

Sin entrar en los motivos que pueden llevar a algunos padres y madres a actuar de esta manera, sí que me gustaría hacer hincapié en la idea errónea, que tal vez muchos padres puedan tener, de que si no satisfacen todos los deseos de sus hijos van a perjudicarles o a producirles algún trauma. Todo lo contrario. 

El decir "NO" a los niños tiene muchos beneficios, por varios motivos:


- El niño necesita una figura de autoridad y alguien que le ponga límites, que no ceda ante cualquier capricho o deseo.Un niño con límites, será un adulto seguro y capaz de sortear las dificultades de la vida. Además, si desde pequeños les ponemos límites, cuando sean adultos sabrán autolimitarse por si mismos.

- Diciendo "NO" cuando sea necesario ayudarás a tu hijo a desarrollar habilidades como la autoconfianza, la autodisciplina, el respeto, la integridad, y la capacidad de retrasar la gratificación.

- Diciendo "NO" cuando sea necesario, enseñamos a los niños a tolerar la frustración. La frustración es la reacción emocional que surge cuando no podemos conseguir lo que queremos. La frustración es parte de la vida, ya que la vida conlleva no lograr en muchos momentos lo que deseamos. Si decimos "NO" y evitamos decir a todo que sí ayudamos a que forjen una personalidad más sana, equilibrada y madura, y les enseñamos a superar los contratiempos que con toda seguridad se van a encontrar cuando sean adultos. La baja tolerancia a la frustración está ligada a la aparición de gran sufrimiento emocional y a conductas de riesgo, tales como debilidad, inmadurez, violencia o adicciones.

 
¿CÓMO DECIR "NO"?

El autoritarismo nunca es bueno, y los niños necesitan que les expliquemos las cosas para ir entendiendo cómo funciona el mundo. Por ello cuando tengamos que negarnos ante una petición de nuestro pequeño, es importante que seamos firmes en nuestra decisión, pero que nos molestemos en explicarle el porqué de nuestra respuesta.

Así mismo, es importante inculcarles el valor del esfuerzo, hoy en día en peligro de extinción.  Es necesario que empleemos un tiempo en explicarle que las cosas en la vida se consiguen a base de esfuerzo y merecimiento.


Educar supone dar seguridad y afecto, transmitir valores, mandar y prohibir. Aunque estas ultimas funciones de los padres no sean muy gratas, son necesarias.

Como decía el filósofo Jean-Jacques Rousseau...

" ¿Sabeis cuál es el medio más seguro para hacer infeliz a vuestr@ hij@? Acostumbrarlo a que obtenga todo lo que pide. En efecto, a medida que crezcan incesantes sus deseos, debido a la facilidad de su satisfacción, tarde o temprano os encontrareis ante la imposibilidad de contentarle, y os vereis obligados, muy a vuestro pesar, a denegarle lo que pide; y esta denegación inusual será para él/ella más penosa que la privación de lo que desee".
 



Y no le faltaba razón...,¿no creeis?

2 comentarios:

  1. Recuerdo en mi niñez la ilusión por unos Reyes Magos,por un cumplaños,por unas vacaciones,por una coc-cola(fíjate bien),por las tardes del sábado viendo V,por una excursión en el cole,por ir al cine,por el último disco del Último de la Fila,por unas botas de agua nuevas....por infinidad de pequeñas cosas que hacía que fueran un momento mágico....
    Hoy vivimos un ritmo mucho más acelerado y la obligación a que ambos padres tengan que trabajar incita, a, consumir una vida prefabricada y en el caso de los niños pues más de lo mismo...el problema es que no se pasa tiempo con ellos y el tiempo que se pasa deja mucho que desear,y esto provoca una cierta autonomía en ellos estando más o menos condenados a seguir las directrices del consumismo,totalmente consentido por los padres a cambio de un espacio vital y mental más amplio.

    Con esto no digo que sea bueno o malo,sólo que pienso que se pierden valores y sobre todo se deja de valorar.
    Una educación cercana donde lo didáctico sustituya a lo tecnológico y lo compartido a lo individual,logrará interacción y sobre todo reforzar las figuras de padres e hijos.
    Xao.

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  2. Estoy muy de acuerdo contigo, Jaime. La verdad es que la sociedad está cambiando a ritmos agigantados y da un poco de vértigo. Se están perdiendo algunas cosas, que desde mi punto de vista, son muy importantes para la educación de los niñ@s.

    Gracias de nuevo por tus sabias palabras!

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