29 de enero de 2013

¿Por qué no entiendo a mi hijo? Trastorno específico del lenguaje (TEL).


“Sólo sus padres y sus abuelos le entendemos”, “En el colegio pega a los niños para conseguir sus juguetes”, “Los niños mayores se ríen de él”, “La seño le castiga”…

¿Será hiperactivo? ¿Tengo un niño “malo”? ¿Le estoy educando bien? Son algunas dudas que les vienen a los padres a la cabeza, cuando comienzan los problemas, las llamadas de atención por parte del colegio. Realmente empiezan así a darse cuenta de que su hijo no interacciona como debiera con los niños de su edad, que no explica qué le pasa, sino que se enfada, pega, muerde… o intenta explicarlo sin encontrar las palabras necesarias.

     El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) es una Limitación significativa del lenguaje que no es debida a pérdida auditiva, daño cerebral, baja inteligencia, déficit motores, factores socioambientales o alteraciones del desarrollo afectivo (Leonard, 1998).

     Podemos encaminar nuestras sospechas teniendo los siguientes datos:

  1. Tardó en pronunciar sus primeras palabras. ¡ATENCIÓN!: Todos los niños con TEL son hablantes tardíos, pero NO TODOS LOS HABLANTES TARDÍOS PRESENTARÁN TEL (Mendoza, E.)
  2. Posee un lenguaje más infantil de lo esperado a su edad (verbos mal conjugados, confusión entre fonemas, mala estructuración de frases…)
  3. No presenta alteraciones auditivas, ni daños neurológicos.
  4. No presenta retraso psicomotor.
  5. No atiende a órdenes, porque no las comprende.

     Hay que puntualizar que los niños con TEL no siempre tienen afectadas expresión y comprensión, podemos encontrar afectada sólo una de ellas. Es decir, probablemente el niño tenga dificultades en describir lo que ha hecho en el colegio durante la mañana, pero sí entienda a su madre cuando le ordene poner la mesa para comer. En este caso hablaríamos de una afectación expresiva más severa que la comprensiva.

     ¿Por qué es importante una detección temprana?

     Si tenemos sospecha, será necesario acudir al centro de Atención Temprana más cercano, para poder hacer una evaluación y un correcto diagnóstico, que nos dé las orientaciones necesarias para nuestro hijo, y derivarlo al especialista, para comenzar un tratamiento. Cuanto antes comience la estimulación del lenguaje, mejor. El cerebro de los niños de 0 a 6 años es cuando más plasticidad posee y, por tanto, actúan como “esponjas”, todo lo que aprendan en ese tiempo será mucho más eficaz.


Sandra Casado Zama
Logopeda, Maestra de Ed. Infantil y Experta en Atención Temprana
Gabinete de Logopedia y Atención Temprana, Almendralejo
Avda. de la Paz, 35 3º.

 



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